martes, 27 de septiembre de 2011

El Partenón

Un edificio que conmemora una victoria sobre los persas,una construcción religiosa consagrada a la diosa Atenea,un monumento que proclama la grandeza de la polis ateniense a mediados del siglo V a.C.  Todo eso y muchas cosas más es lo que simboliza el Partenón, además de ser un edificio que, con el paso de los siglos, ha soportado abandonos, bombardeos e incluso saqueos.
                             
Formalmente se trata de una construcción de estilo dórico, levantada por Ictinos y Calícrates y supervisada por Fidias,es una obra arquitectónica de planta rectangular, de 69,5 metros de largo y 31 metros de ancho, con cubierta a dos aguas,realizada mediante sillares de mármol pentélico. Se debieron emplear en la obra alrededor de 14300 bloques de piedra.


El Partenón es uno de los ejemplos más significativos del orden dórico griego. Se trata de un templo octástilo y períptero. Todo el conjunto se asienta sobre una plataforma formada por un estilóbato y dos estereóbatos.
 


Siendo una obra de estilo dórico, las columnas carecen de basa y su fuste está recorrido en sentido longitudinal por estrías, unidas a arista viva. Hacia el centro del fuste se produce un leve ensanchamiento o éntasis.
Los fustes rematan en una moldura cóncava.


Por encima de los capiteles de las columnas corre un entablamento organizado, de abajo arriba, en tres partes. La primera es un arquitrabe liso. La segunda es el friso, constituido por triglifos,remata el conjunto una cornisa. 

El empleo de una cubierta a dos aguas genera en cada uno de los lados menores un amplio espacio triangular, el frontón, cuyo perímetro exterior aparece recorrido por una cornisa saliente, de modo que el espacio interior, o tímpano, queda libre para ser decorado con esculturas.
Si se recorre el templo longitudinalmente, tras la fachada octástila se accede a un primer espacio interior, el pronaos, a modo de un segundo pórtico, originariamente sostenido por seis columnas. Este conjunto da paso a la cella o capilla, aislada del resto del edificio mediante un muro de sillares, alrededor del cual se diponen por la parte externa 24 columnas. En esta estancia se alojaba la estatua de la diosa Atenea Parthenos, a quien estaba consagrado el templo. En la parte trasera se adopta un esquema semejante: un nuevo pórtico de seis columnas da paso a una sala menor, el opistodomos, en el que cuatro columnas sostienen la cubierta. Esta dependencia servía para custodiar el tesoro del templo y objetos del culto a la diosa.

La simbología del Partenón en enormemente amplia y, al mismo tiempo, muy clara. De una parte, el mismo templo, como lugar de culto de Atenea, viene a simbolizar a la propia diosa, sobre todo en su consideración de divinidad protectora por antonomasia de la polis ateniense.
                               

A tal efecto, la cella acogía una colosal escultura de once metros la diosa, hoy perdida, pero de la que aún se conserva in situ el basamento que la sostenía






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